Dormir es un estado de reposo que consiste en la inacción de los sentidos y de todo movimiento voluntario del cuerpo, nos permite descansar y recuperar energías.
Soñar es anhelar fantasías (y el paso previo a conseguirlas). Es pensar al desnudo, casi libremente, en un laboratorio de pruebas donde hacer frente a los miedos y revelar deseos escondidos. En el espacio de los sueños, todos somos iguales, igualmente indefensos ante nosotros mismos. Aunque unos duerman entre sábanas de lino y otros en la rudeza del asfalto. Aunque unos lo hagan por aburrimiento, borrachera o placer y otros por puro agotamiento. Allí arriba (porque los sueños deberían siempre de apuntar alto), entendemos quienes somos y enfocamos lo que queremos ser. Al abrir los ojos, caemos al mundo físico otra vez. La luz penetra nuestras retinas, nos sentimos más pesados, puede que incluso no recordemos nada pero, sin embargo, estamos cada día un sueño más cerca de aunar quimera y realidad.
La Skimal inmortaliza en imágenes ese poderoso estado de (en)sueño a través de un work in progress que, por el momento, cuenta con paradas en más de 30 ciudades de todo el mundo.
Marta Puigdemasa – Perdiz Magazine