Con 3 años fuí intervenida quirúrgicamente en el corazón a causa de una comunicación interventricular. Con 33 años empecé a cuestionarme este hecho… ¿tendría consecuencia la intensidad de mis emociones debido a que de pequeña me tocaron el corazón?
Así que, a través de la psicomagia, que es una técnica que conjuga ritos chamánicos, teatro y psicoanálisis, empecé a investigar el corazón desde todos los ángulos que se me ocurrieron: el científico, el mitológico, el simbólico, el cultural, el espiritual, abriéndose también de manera inesperada el emocional, pero bajo una forma no conocida anteriormente.
Este nuevo concepto de amor provocó una catarsis de reacción enfatizando aún más los actos psico mágicos que estaba realizando, y llegando a girar todo mi mundo alrededor de mi propia investigación: mi corazón. La investigación se comió al investigador y así realice un viaje sin retorno a lo más profundo de mi misma que aun intento descifrar.
Cuando empecé este proyecto no sabia lo que buscaba, pero comprobé a corazón abierto una de las grandes afirmaciones del padre de la psicomagia, Alejandro Jodorosqui: aunque no sepas lo que buscas, lo que buscas te encuentra.